viernes, 31 de octubre de 2014

"Richard Norris"


A este chico le hicieron en trasplante de cara más difícil del mundo.
Se había disparado accidentalmente con una pistola con 22 años. Se destrozó la nariz, la lengua, los pómulos, los dientes y la mandíbula.
Estuvo así quince años, hasta hace dos que le trasplantaron la cara de un muchacho al que habían atropellado.
Tiene que desarrollar los labios y para eso le vienen bien los besos.
¡Es increíble lo que pueden hacer los médicos! 

Álvaro

jueves, 30 de octubre de 2014

miércoles, 29 de octubre de 2014

"Jack, cabeza de calabaza"


Un día de Halloween, un amigo le contó a otros dos la historia de su pueblo.
Había un señor llamado Jack al que le gustaba gastar bromas, pero los aldeanos se cansaron de ellas.
Le mandó un regalo a la reina; cuando lo abrió, en la caja no había nada, por lo que, muy malhumorada, envió a un caballero a matarlo. Él no quería aceptar su destino; pero llegó a un acuerdo con la muerte: sería inmortal pero sin cabeza y así nadie podría volver a ver su cara. 
Pasados tres años, encontró una calabaza y se la puso por cabeza; de ahí su nombre.

Abel Iasmín

martes, 28 de octubre de 2014

"Historias de internet"


"Un llanto en la noche"
Cuenta la leyenda que un par de hombres se adentraron en el bosque para pescar en la orilla de un río. La tarde transcurrió entre las charlas de la camaradería y los pormenores de una pesca afortunada. Al caer la noche, los hombres aprestaban sus aparejos de pesca para retornar a sus hogares cuando uno de los pescadores percibió un extraño sonido más allá de las oscuras copas de los pinos. Se lo comentó a su compañero y se pusieron de acuerdo en que el origen del sonido debía ser algún animal salvaje herido, quizás una loba llamando a una cría extraviada. Desanduvieron el camino que iba de la orilla del río a su poblado y en mitad de bosque, el sonido se hizo más intenso y cercano. La oscuridad resultante del espeso techo vegetal de ramas y árboles que cubrían sus cabezas les hizo tomar por un buen augurio la luz que apareció en el camino y comenzó a acercarse hasta ellos. No dejaron de sorprenderse y asustarse al ver que quien se acercaba era una niña, descalza y con el pelo mojado. Cuando los hombres estaban a punto de preguntarle qué hacía por esos parajes, un terrible lamento surgió de los árboles y la cara de la niña se llenó de horror y salió corriendo. Uno de los pescadores corrió tras ella intentando ofrecerle su ayuda. Extrañamente, el espantoso aullido pareció alejarse por el bosque tras los pasos de ambos. Su amigo lo esperó durante horas pero nunca supo más nada de él. Al comentar lo sucedido en el pueblo, un anciano le refirió al aterrado pescador sobreviviente la historia de una mujer que había ahogado a su hija en el río y que luego, arrepentida, se había suicidado arrojándose a las aguas. Desde entonces su espíritu, y al parecer el de su hija, rondan por el bosque condenadas a perseguirse y quizás, a arrastrar a su pesadilla a los desprevenidos caminantes.
(Esta versión es una de las muchas que existen en torno a la Llorona: una figura presente en casi todo el folclore hispanoamericano pero muy especialmente protagónica en México, donde la relación entre el mundo de los vivos y el más allá es motivo de fiesta nacional, celebrada cada 2 de noviembre en el Día de los Muertos. Homenajeada en sones, especialmente en la canción que recorrió el mundo en la poderosa voz de Chavela Vargas, la Llorona es símbolo de las almas que penan la desgracia de los errores que cometieron en vida. En su caso, se le atribuye la culpa por la pérdida de sus hijos, que no puede dejar de llorar.)



"El séptimo hijo varón"

Se dice que a principios del siglo XX, en una humilde casa rural de Argentina, el nacimiento del séptimo hijo de una joven pareja no estuvo acompañado de los típicos festejos y felicitaciones que surgen de inmediato con la llegada de un nuevo integrante a la familia. En esa oportunidad, el varón recién nacido fue recibido con amargura y durante toda su infancia estuvo bajo el estricto control de sus padres que recelaban de cualquier posible comportamiento indebido por parte del niño. Esto no evitó, sin embargo, que entrado en la adolescencia el muchacho disfrutara de una mayor flexibilidad para realizar salidas nocturnas. En cuanto los ganaderos de la zona comenzaron a notar los ataques de un extraña fiera sobre sus ganados, el padre del muchacho se puso sobre alerta. A sus ojos, se corroboraba la maldición: su hijo era un hombre lobo. Cuando el joven cayó enfermo preso de una aguda enfermedad que lo sumió en intensas fiebres, su padre interpretó estos síntomas como un claro anuncio de que su hijo iniciaba una nueva transformación, y tomó la terrible decisión de matarlo. Ya detenido en la prisión, cuentan que el hombre no mostró el más mínimo arrepentimiento, ni siquiera cuando le sugirieron que la razón de los ganados muertos había sido un puma.

(La licantropía, la posibilidad de los hombres de transformarse en lobo, está enraizada en las creencias populares de muchos lugares de Hispanoamérica y son muchas las historias sobre las diferentes maldiciones que condenan a pobres criaturas a vivir bajo la apariencia de ese terrible animal. En Argentina y Uruguay, es muy popular la leyenda de que el séptimo hijo varón de una pareja corre el terrible riesgo de ser un lobizón, un hombre lobo. En el pasado, esta creencia estaba tan arraigada que para evitar que los padres tomaran peligrosas medidas de protección contra el recién nacido, llegaron a emitirse edictos gubernamentales que protegían al niño y otorgaban beneficios a la familia para que el nacimiento fuera considerado como una bendición y no como algo digno de ser temido.)



"Cazadores de mandrágora"
Cuenta la leyenda que un enamorado desairado urdió un plan para arrancar la mandrágora y poder así, a través de los poderes mágicos que confiere la raíz, ganarse el amor de la mujer que lo había despreciado. Se adentró en el cementerio junto a su perro, y cuando localizó la planta de la mandrágora, excavó la tierra hasta dar con la raíz con forma humana. El hombre sujetó la correa de su perro a la raíz y luego lanzó un objeto para que el can corriese en su busca como era habitual en sus juegos. Aturdido por los horripilantes aullidos, el animal emprendió una desesperada carrera de huida con la que buscaba alejarse inútilmente de ese grito aterrador, perdiéndose finalmente fuera del cementerio. Se dice que el dueño casi enloquece por la visión de lo sucedido, y que cada noche teme que el animal encuentre el camino de vuelta a casa.
(En las leyendas sobrenaturales, la mandrágora es una raíz con forma humana a la que se le atribuyen poderes mágicos. Para acceder a ella, sin embargo, hay que tener mucho cuidado ya que al arrancarla de la tierra y separarla del resto de la planta, la raíz grita y se convulsiona como si fuese una persona desgarrada. Su grito puede llevar a la locura y la furia irrefrenable --incluso a la muerte. Crece bajo los patíbulos o en los cementerios, alimentándose de la sangre de los ajusticiados o de los muertos recientes.)

"Esqueletos desafiantes"


Había unha vez dous nenos: Alexo e Jorge.
Un día foron de acampada, atoparon unha cova e metéronse dentro: cadáveres e un tesouro con xoias.Chamaron a un museo para que o viñesen buscar.
Unha noite, mentres ían de festa,uns esqueletos atacáronlles. Chamaron á policía, pero non chegaron a tempo de collelos.
Ao día seguinte estaban moi asustados porque pensaban que os ían matar.
Pasou o tempo, foron de novo á cova e oíron uns ruídos: ían matalos, polo que fuxiron como tolos...
Pola noite, colléronos e leváronos con eles. Vaia medo tiñan! Dicían que non roubaran nada, mais nos lles crían.
Atáronos cunhas cordas moi ríxidas. De súpeto, por sorte, a policía escoitou os berros e foron buscalos.
Os monstros ocultáronse nun pasadizo secreto para tratar de escapar nun barco pirata que estaba na beira do mar. Non o conseguiron.
¡A maldade non debe levar a sorte parella!

Pablo

"El monstruo del lago"


Había tres niños que un día estaban paseando y, de repente, vieron en el lago algo que se movía. ¡Salió un monstruo que los asustó! Escaparon corriendo hacia sus casas.
Al día siguiente volvieron, todo estaba tranquilo; pero por la noche volvió a ocurrir lo mismo y se ocultaron detrás de un árbol.
Le sacaron una foto. Al oír el flash de la cámara, fue a por ellos pero, finalmente decidió regresar al lago.
No tengáis miedo, esto no deja de ser un cuento: ¡Estamos en Halloween!

Telmo

"Un mundo de escalofríos"


Un mundo muy lejano estaba habitado por monstruos.
El jefe era un vampiro muy malo que les obligaba a trabajar si no le obedecían. Tenía un hijo, Draculín, al que no le gustaba lo que hacía su padre.
Por ello, un día fue a comentárselo y a exigirle que no fuese tan severo; y le hizo caso porque era a quien más quería.
Al final, el pueblo fue muy feliz con su rey y, por supuesto, con su príncipe.

Nicolás Gómez


lunes, 27 de octubre de 2014

"Un grupo horrible"


Una familia se mudó a una gran ciudad llamada Springfield.
Fren, el hijo mayor, salió por la noche a  intentar hacer amigos. Había muchos monstruos, él pensó que eran disfraces...
Al día siguiente fue al instituto. Entabló amistad con Sofía, una chica muy simpática. La invitó a cenar a su casa y aceptó.
Por la noche, vieron algo parecido a un trol, mas no le hicieron caso.
Ya en la mesa, él le preguntó por un colgante, que era una reliquia de su familia.
Acabaron y él la acompañó. De vuelta, le dijeron que no se acercara a ella: ¡Era una bruja!
Posteriormente vio un grupo de trols ¡Horrible! Llamaban la atención. ¿A que no os gustaría ver un grupo así? ¿Y si os hiciesen aparecer y desaparecer?
Lo importante es la vuelta a la normalidad tras algún que otro susto.

Nicolás Rioboó  

"Una puerta secreta"


Había una vez cuatro amigas que una tarde quedaron para ir a pasear. Vieron un callejón y entraron; al final, había una puerta secreta. Cuando la abrieron, vieron la palabra "SAMAÍN", pero no sabían lo que significaba; detrás había objetos que daban mucho miedo.
Encontraron libros y en alguno de ellos buscaron su significado: "Noche de terror donde la gente se disfrazaba de fantasmas, brujas...".
Pensaron en celebrarlo y se lo contaron a sus profesores, padres y compañeros.
Buscaron calabazas, las decoraron de forma terrorífica, vaciándolas y colocando velas dentro.
Al final, se disfrazaron y fueron a pedir golosinas.

Sheila  

"Una casa abandonada"


Una vez eran cinco amigos: Lucía, Tomás, Andrés, María e Iria.
Un día mientras paseaban vieron una casa abandonada. Por la noche, se escaparon y su curiosidad les llevó a entrar en ella.
Al principio, tenían mucho miedo, pues estaba muy oscuro y bastante sucio; había muchas telarañas y trastos por el suelo con los que tropezaban continuamente.
Andrés tenía una linterna y se pusieron a curiosear por la zona.
Escucharon unas voces y algún ruido: ¡Eran unos monstruos que comentaban que, gracias a  ellos, podrían escapar de allí! Llevaban mucho tiempo encerrados.
Los amigos reaccionaron rápidamente, pero no pudieron impedirlo. Estaban muy preocupados pues no sabían lo que tramaban. 
Salieron corriendo a buscarlos y los vieron pidiendo por las casas chuches y diciendo "Truco o trato". Les gustó tanto, que se unieron a ellos y desde entonces lo celebran siempre.

Raquel Loureda 

"Calabacín"


Era un terrorífico día de Halloween y por la noche siempre un señor salía a ver cómo estaban sus calabazas; pero un día no estaban y empezó a buscarlas.
Cuando las encontró, estaban bailando y comiendo; él, asustado, se fue del pueblo. 
Pero en la fiesta no estaban todas: una de color verde no había participado, dado que la insultaban por se distinta. ¡No lograba meterse en el grupo! Salía llorando porque la insultaban.
Con el tiempo, una comentó que tenía que estar dentro:
"No importaba el color, sino su interior".

Nicolás Gómez

viernes, 24 de octubre de 2014

"A casa encantada"


Estaba eu xogando na miña casa cando chamaron á miña nai.
Tes o que che pedín? - dixo unha voz estraña.
- Si - respondeu ela.
- Corre que aquí hai pantasmas.
- Pantasmas? - pensei eu.
- Si, pantasmas! - repetiu a voz apagando o teléfono.
Estrañado preguntei:
- Quen era?
- Un amigo.
- E que pediu?  
- Uns materiais.
De súpeto abriuse a porta, entrou meu pai e preguntou  que pasaba.
- Chamou un amigo de mamá - dixen.
- Que quería?
- Que foramos cun obxecto a unha mansión.
- Para que? - preguntei.
- A pasar un fin de semana en familia. - dixo Alexandra, a miña nai.
- Con pantasmas? - preguntei asustado.
- Que pantasmas? - cuestionou o meu pai.
Entón entrou Rodrigo interrompendo a conversa.
Unhas horas despois estabamos viaxando no coche.
O meu irmán preguntou a onde íamos.
- A unha casa moi grande.
Pouco despois chegamos ao noso destino.
- É moi grande! - exclamei.
- É verdade. - repetiu el baixando do coche.
Cando pensabamos que estabamos seguros naquel sitio, comezou a chover, ou mellor a diluviar.
Entramos na casa, mais non había ninguén. Era moi estraño!
As portas pecháronse xunto coas ventás.
- Mamá, teño medo.
- Non te preocupes.
- E se imos por esa entrada. - recomendei eu.
Estabamos todos xuntos cando se apagaron as luces e despois un grito que nos asustou.
A miña nai desaparecera. Todos berramos por ela, pero sen obter resposta algunha.
Apareceu unha pantasma que nos perseguiu. Cada un foi por onde puido. Mentres escapaba, ouvín uns alaridos.
Na procura da miña familia, vin unha sombra e seguina: Un home alto que daba medo!
Corrín, salte encima del e ateino cunha corda.Descubrín por que o fixera: para protexer o seu tesouro.
Ao final, regresamos contentos ao noso fogar.

Rodrigo

jueves, 23 de octubre de 2014

"Mis historias de Samaín"


Un niño llamado Javier había quedado con sus amigos en esta noche. Ellos ya habían ido a muchas casas; entonces, el más chulo de la pandilla, Cosme decidió que fuesen solos y que luego se verían en el parque.
Javier fue a casa de una amiga de su abuela, para no tener tanta vergüenza. Ella le dio los caramelos pero, cuando abrió la calabaza, salieron unas cuantas arañas y un fantasma, por lo que huyó corriendo al parque. 
Todo era mentira, el de la idea había sido el promotor de la idea.



En una noche de Halloween, una familia muy feliz: los padres haciendo la cena mientras que los niños jugaban disfrazados.
Eran muy raros, parecía que les gustaba celebrarla todos los días.
Prepararon: ojos cocidos con dos corazones a la sartén. Les encantaba pero, como los pequeños quedaron con hambre, hicieron un postre sencillo: ¡Cerebro bañado en sangre!
¡Se lo tomaron en un periquete!
Más tarde, decidieron hacer algo más normal: churros con chocolate.
Después de tomárselos, siguieron jugando todos juntos.



Este camino era de terror. Tenía escenas de películas de miedo: "Scream", "Chuky", "El resplandor", "IT"... O sea, que pasabas por allí y veías fotos y escenas de las mismas.
Fue muy famoso, pero uin día ocurrió algo que nadie esperaba:
¡Ya no tenía las fotos, sino a los protagonistas en la vida real!
Y no se mueren, llevan 1.999 años en el mismo lugar...



A una señora le encantaban los perros y tenía catorce.
Los disfrazaba de calabaza, como éste que veis; en otoño de joyas y en navidades de renos. En otras estaciones no los disfrazaba porque los animales estaban de mal humor y no sabía el porqué.



A estos peluches les encanta cantar: a las personas tristes canciones tristes, a los enfadados rock and roll y a los normales pues éxitos de los 40.
Les encanta jugar y también: ¡Dormir!
Hacen de todo, pero siempre cantando.
Se lo toman todo a bien, poco tienen que ver con su fiesta.

Raquel Urgorri


"Un colegio de monstruos"


Unos días antes de Halloween, en un colegio de monstruos, el profesor les puso una película en la que los humanos les atacaban. Había un alumno nuevo y lo creyó.
Tratando de convencerlo, los hombres y mujeres llenaron la escuela de papel y les tiraron calabazas.
Quien se creía el mejor pensaba que había que atacarles, pero algunos no estaban de acuerdo y no fueron.
Lograron entrar en la ciudad siguiendo las catacumbas y, sin querer, entraron en una fiesta.
Uno de los monstruos ardía por la cabeza, porque allí tenía sus poderes, por lo que tuvieron que huir y esconderse, aunque uno se quedó allí.
La directora les castigó por lo que habían hecho, y más teniendo en cuenta que la policía se había enterado.
Tras una serie de follones, finalmente se dieron cuenta:
"Lo mejor era celebrar una fiesta todos juntos, sin discusiones ni tonterías".

Víctor 

"La poción oscura"

La bruja Lola fue a su casa a preparar una brujería para esparcírsela a toda la gente por su cuerpo.
Yo estaba mirando por la ventana y solo escuché esto:
Sapos y ranas, 
ojos de brujas,
tripa de rata,
moscas y arañuscas.
Me quedé  pensando... ¿Qué va a hacer con tanto asco de comida? Y de repente se oye: Pum! Nada, una olla que se cayó.
Cogió su poción, la metió en un frasco, se subió a un helicóptero y la empezó a tirar a la gente. Las personas se convirtieron en zombies.



Su hermana se llamaba Lola y su son era convertir los objetos en cosas raras.
Un día fue a un museo de visita; pasó por delante de ella y se le ocurrió convertirla en un sapo andante.
El guardia de seguridad estuvo cinco minutos mirándola, pero se giró. Él se llevó un susto tremendo porque escuchó un ruido... Y el sapo salió del cristal saltando rapidísimo.
¡No lo dieron atrapado!



Un niño llamado Juan dormía con tres peluches.
Cierta noche, vio una sombra, pero no le hizo ni caso porque no tenía miedo.
Era una bruja que quería embrujar a sus peluches para volverlos malvados. Pero... ¡Ja! Problemas técnicos: no le funcionaba la varita y tuvo que llamar a su amiga Lola.
Ya lista, les echó una maldición y se marchó. No quería tener problemas con el niño, no fuera a ser que se despertara y la liara.

Lena



miércoles, 22 de octubre de 2014

"Alexander"


Este niño salió de casa para jugar de noche y, de repente, se encontró con dos niños de aspecto muy misterioso. Les preguntó quiénes eran: ¡Vampiros!
Echó a correr y le dijeron que no escapase, no la harían nada. Empezaron a hablar y se hicieron amigos: ¡Menuda amistad!
Le dijeron que no tenían un lugar para vivir y él les ofreció el sótano de su casa.
Un día, sus padres oyeron unos ruidos extraños y los vieron. Tras un primer enfado, aceptaron que estuviesen en su casa.

Juan


"Mi historia de Halloween"


Una noche de esta celebración, unos niños tenían que ir por las casas a coger caramelos.
Uno de ellos timbró, pero marcharon porque el sonido era espantoso. Más tarde, pasó lo mismo pero con otra niña, pero ésta ni se escapó ni se asustó.
Los dos se encontraron en el parque para contar los dulces. Comentaron a los lugares que habían ido. Cuando la niña se enteró de lo que le había pasado al amigo, le dijo que no había escuchado nada y él se quedó muy sorprendido.
Al día siguiente, iban a repartirlos con otros. Él los tenía en una calabaza; al abrirla, salían arañas y más arañas... Una vez que escaparon, todo volvió a la normalidad.
Por la tarde, quedaron para patinar, en otro sitio distinto. Antes, habían ido a merendar al parque y luego a jugar un poco.
Cuando estaban poniendo los patines, de nuevo las arañas, fantasmas, calabazas  volando... Ante esto, llamaron a sus madres para que pudieran resolver semejante problema; pero con la desesperación ante lo que veían, les dijeron que irían juntos a todas partes.
Lo último que les ocurrió fue en el colegio. Estaban celebrando el cumpleaños de una persona cuando la profesora dejó de ser humana y se convirtió en un marciano verde, con ocho patas, tres ojos y cuatro brazos. Buscaron a la directora, pero no los creyó; eso sí, cuando vio al monstruo, no le quedó más remedio que avisar para que lo llevaran al hospital. 

Paula


"As cabazas de Samaín"


Érase unha vez unha aldea moi lonxe de aquí.
Nela había unha gran mansión onde vivía unha señora moi vella, á que todos tiñan por bruxa.
Na súa horta cultivaba cabazas moi grandes, todos pensaban que eran máxicas.
Un día certos nenos da vila entraron e roubáronlle dúas. Ao chegar a casa, dixeron todas as palabras que se lles ocorrían e, ao pronunciar un deles "Samiño", converteuse en rato.
Asustáronse e colleron moito medo, pero decidiron voltar á mansión na procura dalgún conxuro; mais non contaban co gato da bruxa: cando un deles berrou que o tiñan diante, !o rato volveuse neno!
Fuxiron todos a correr, non querendo saber máis das cabazas.

Diego

martes, 21 de octubre de 2014

"Los cinco misteriosos"


Eran cinco amigos: Rubén, Álex, Nicolás, Álvaro y Nano.
Cuando llegó el día de Halloween, iban a ir disfrazados de calabazas tocando por las puertas pidiendo caramelos. Ya en la última, se abrió y se los tragó; ¡Era una casa encantada! Y no se habían dado cuenta.
Estaban enfadados por semejante despiste y se hacían preguntas de por qué estaban allí.
Fueron investigando para llegar a los caramelos, pero de repente desaparecieron todos, no había ninguno.
Alguno empezó a tener miedo y lo convencieron para seguir todos juntos y muy unidos.
Llegaron a un jardín y vieron un enorme río con pirañas y cocodrilos. Tenían que cruzarlo pasando por las ramas de los árboles. Uno se cayó y no le pasó nada, por lo que decidieron hacerlo andando. 
Por fin encontraron una habitación llena de chuches. Las iban a coger y la casa, sorprendentemente, les habló y les dijo que cogieran todas y que escapasen. 
Ya en su casa, le contaron a sus padres lo sucedido y organizaron una gran fiesta.

Rubén

"El niño vampiro"


Había una vez un vampiro que vivía en un familia perfecta; pero un día se les acabó el dinero, así que tuvieron que trabajar haciendo largos viajes al pozo de la sangre, criar animales para chuparles la sangre... Cuando ésta se les acabó, mandaron al chico a un lugar y le entregaron un mapa que marcaba el camino.
El vampirito preparó una mochila en la que llevaba: comida, bebida, un paraguas para que no le diese el sol y, por supuesto, el mapa.
Se despidió de sus padres hasta que ya no podía verlos. Anduvo varios kilómetros hasta llegar al lago de las pirañas. Consiguió cruzarlo, pero tuvo que protegerse de los rayos solares, y más cuando una piraña le había robado su paraguas. Aprovechó para descansar allí.
Al volver la oscuridad, corrió hacia el pozo de sangre y cogió cinco botellas. Encontró un atajo y regresó a su hogar sin peligro.
El problema fue que unos brujos la habían incendiado. Llamó a su mascota: ¡Un dragón! Lograron echar a sus enemigos y vivir felices.

Abel Roca

"Un pintor de calabazas"


Un día de nubes oscuras, un señor que tenía árboles frutales: manzanos, limoneros, perales..., decidió pintar las frutas de caras monstruosas. Esperaba pacientemente a que uno de ellos pudiera sacar sus brotes: ¡No tenía otra cosa que hacer para no aburrirse!
Su árbol preferido era pequeño comparado con los otros.
Una mañana se levantó y fue a ver si algo había crecido. ¡Se encontró su árbol con "calabazas" bien hechas y con sus caras todas diferentes!
Empezó a venderlas hasta que no le quedó ni una sola.
Más tarde, les salieron gominolas y golosinas, por lo que pudo seguir con su negocio de venta.

Alejandra

lunes, 20 de octubre de 2014

"Sin caramelos"


Había una vez una familia llamada "Las calabazas": el padre Calabazuca, la madre Cala, un hijo Calabacín y dos hijas: Calabacilla y Calabazonia.
Unos días antes de Halloween estaban preparando todo, pero les faltaban los caramelos. Fueron a buscarlos a Chuches Espeluznantes, un mini pueblo lleno de ellos. Se marcharon a comprar a un puesto, los compraron pero, cuando iban a salir de la tienda, un vampiro y dos esqueletos les robaron todo. 
Los persiguieron, llegaron a un callejón sin salida y no sabían dónde se habían escondido los ladrones. Miraron al suelo y encontraron una dirección que llevaba a un castillo horripilante. Fantasmas y monstruos impidieron que consiguieran lo que deseaban. 
Un perro de tres cabezas llamado Reex les dijo que les podía echar una mano. Poco a poco se fueron librando de todo, se dirigieron a la última sala y allí estaban a quienes buscaban. Empezaron a luchar, recuperaron sus golosinas y así pudieron celebrar la fiesta.

Alejandro

"El pueblo terrorífico"


Erase una vez un niño llamado Jimmy, vivía en un pueblo al lado de un castillo, en el que habitaba una bruja malvada que solía en Halloween asustarlos con su monstruo.
Ese año él decidió hacerle frente, sus amistades no querían acompañarle: ¡Tenían miedo! O eso decían.
Decidió ir solo pero, cuando llegó, aparecieron sus amigos y lucharon contra ella. Vencieron y llegaron al pueblo gritando: ¡Hemos vencido a la bruja!
Y desde aquel momento pudieron celebrar la fiesta como debían.

Nicolás Gómez

"Disfrazados de zombies"


Era el 31 de octubre de 1.987, unos niños decidieron disfrazarse de zombies e ir por las casas a pedir chuches.
Se subieron a sus bicicletas y se dirigieron al primer portal; por cierto, era el número 13. Llamaron, abrieron la puerta y, al pronunciar la frase mágica: "Truco o trato", recibieron un montón de golosinas.
Todos contentos, llegaron a la casa de África, se sentaron en el sofá y empezaron a comerlas, poco a poco se iban quedando dormidos. A la mañana siguiente no respiraban, estaban muertos.  
Cada familia los enterró y mataron al asesino.

Olga

"Misterio en el cementerio"


Sonia y Javier eran dos amigos.
Al salir del cole y después de merendar cogieron las bicis para ir al cementerio; llevaban flores para ponerlas en la tumba del abuelo de la niña, que había muerto hacía poco tiempo y al que echaba mucho de menos.
Amenazaba tormenta, empezó a llover y quisieron regresar; pero el tiempo empeoraba y estaba anocheciendo. media hora después paró de llover y las nubes dejaron sitio a la luna llena.
De repente, escucharon ruidos y a alguien gritar:
"¡No, por favor, no!"
También sonidos de cadenas arrastrándose.
Sintieron pánico, pero la curiosidad les llevó a la parte trasera, de donde parecía que venían... Y se veían destellos de luz.
Su sorpresa fue mayúscula:
 ¡Era un jardinero soldando unas cadenas de la puerta
 mientras escuchaba por la radio una historia de Halloween! 
Se miraron uno al otro y se partieron de risa. 

Laura

"Vaya pesar"


Había una vez una calabaza que estaba triste. Llegó un caballero sin cabeza y le preguntó qué le pasaba, ella le contestó que no sabía asustar. Él se comprometió a enseñarle.
Truco tras truco, fueron por la calle asustando a la gente; pero ella se quejaba, decía que no funcionaba. Probaron a hacer entrenamientos de velocidad para ser más rápida; y de habilidad para asustar sin ser vistos...
¡Al final fue capaz de conseguirlo y le dio las gracias para siempre! 

Álvaro


"Pepe"


Esta historia es muy triste y negra.
Un día, Pepe el esqueleto fue a visitar a Melinda, la bruja negra, y a Carlota, la blanca. Cuando llegó, vio a las dos juntas y él no se lo podía creer porque ambas se odiaban a muerte.  
Se atrevió a preguntarles si pasaba algo y le contestaron que no. El piensa que traman algo sospechoso: una de ellas quería ser reina. ¡Estaban preparando un con juro!
Fue a su castillo y las tiró al fuego para quemarlas vivas, tenía que salvar a su pueblo.

Alicia





"La primera calabaza linterna"


En una ciudad muy lejana vivía un niño llamado Jack.
Siempre estaba de mal humor y todo, absolutamente todo, le fastidiaba. Si hacía calor se disgustaba, si llovía también... Lo único que quería y respetaba de verdad en el mundo era su plantación de calabazas, la más hermosa y abundante de toda la región; a pesar de que a menudo se echaban a perder, nunca se deshacía de ellas y se enfurecía si alguien le pedía una.
Una noche fría de octubre, varias brujas se reunieron para preparar la sopa de Halloween. Les faltaba una calabaza y decidieron pedirle una. Cuando llegaron a su casa, aporrearon su puerta una y mil veces, pero él no quería abrirles.
"Arre, cucurucho, que no te escucho" - decía mientras se tapaba los ojos.
Cansadas, la más fea decidió prepararle un hechizo: encendió una vela, la puso en la puerta de su casa, robó una calabaza y la puso en su puerta. Luego gritó que si no salía inmediatamente lo convertiría en sapo... ¡Y la sopa la harían con él!
Abrió y salió; le pidieron que saltara sobre la vela si no quería que se cumpliese la amenaza; lo hizo, cayó dentro de ella y ésta tomó rasgos semejantes a los de un rostro humano: ojos, boca, nariz, orejas ... ¡Y una vela la iluminaba desde el interior!
¡El niño se había convertido en una calabaza! Y todavía sigue así.
Las brujas volaron satisfechas por haber creado "la primera calabaza linterna".

Eric 

"Un gato horripilante"


Había una vez unos niños que estaban jugando en la playa. De repente empezó a tronar y a haber rayos, recogieron todo y se fueron.
De un rayo salió un gato muy feo, que en realidad era una bruja, y los persiguió. Escaparon y lograron ocultarse en un bar.
Cuando salieron, dejaron a la niña sola, lo encontró y le cambió su cuerpo.
Al día siguiente habían quedado pero ella no apareció. Fueron a la playa, allí estaba y quería matarlos: primero en el agua, después con un cuchillo y más tarde con una pistola... ¡Pero no lo consiguió!
Unos minutos después apareció una chica que logró deshacerse de él, y así pudieron volver a sus cuerpos. 

Cristina

miércoles, 8 de octubre de 2014

"Las cataratas del Niágara"


Son preciosas. Por la zona inferior se encuentra el agua chocando contra el mar. Alrededor una inmensa capa de agua, por el centro casi un arco iris... ¡Pura adrenalina! Por la noche, el agua cayendo a chorro limpio. Si cierras los ojos y te pones a escuchar el sonido, escucharás a los ángeles.
Nunca he estado ahí; pero si tuviera la oportunidad lo haría, por todo lo que supone.

Lena